Le llega una carta certificada desde el Vaticano

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Una periodista que vive en Nápoles nos cuenta como a su padre le ha llegado una carta certificada desde el Vaticano. ¿Qué quieren? Veamos…

El otro día me llama mi madre y me dice: «Acaba de llegar una carta certificada para tu padre desde el Vaticano». Una carta. Certificada. Desde el mismísimo Vaticano. Para mi padre, que no pisa una iglesia desde la primera comunión. Y claro, ahí empezaron las especulaciones…

Yo dije que era una convocatoria para un exorcismo. Mi madre apostó por un recordatorio para ir a misa. Y mi padre dijo que era la candidatura para ser el próximo papa. En casa ya estábamos preparando estampitas con la cara de mi padre cuando… 

Resulta que varias personas de mi familia también habían recibido la misma carta. Vale que en Nápoles todo el mundo es muy religioso pero de ahí a tutearse con el Papa de Roma hay un salto importante. ¿Estábamos a punto de convertirnos en la primera familia santificada en pack? En mi familia nos va el drama. Así que antes de resolver el misterio especulamos mucho. Hubo incluso quien dijo que podía ser algún tipo de herencia, de certificado de santidad o de pase para no ir al infierno. Todo fueron bromas hasta que llegó el día de ir a recoger las cartas.

Un detalle importante. Todos los que recibieron estas cartas se enteraron, por separado, de qué había dentro de los sobres vaticanos. Y aun así no dijeron nada a los demás para que la sorpresa estuviera bien repartida… 

Era multas de tráfico. Multas. De. Tráfico. Resulta que la policía de Nápoles se ha dado cuenta que si envía cartas certificadas desde la misma ciudad la gente no las va a buscar porque se imagina que son malas noticias. Así que ahora las cartas se envían desde ‘Poste Vaticane’.

Le llega una carta certificada desde el Vaticano

Usar el Vaticano como señuelo para entregar multas es lo más napolitano que se me ocurre. Lo tiene todo. Drama, misterio, traición… Dice mi padre que es peor ser engañado por la Santa Sede que la multa en sí. ¿Pero y las risas que nos hemos echado qué? 

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